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“De este lado también hay sueños”: La historia de Esther Morales

“De este lado también hay sueños y que solamente necesitas echarle ganas y abrigar tu sueños, no necesitas ir tan lejos, peligrar, que te mal miren o te menosprecien por tu color cuando aquí mismo  hay oportunidad, dale una oportunidad a Mexico, si se puede”.

 

“Me gusta regalarles comida caliente para que recuerden su casa, a su mamá, a su tía, a su abuela y con eso les llegue esta sensación de querer volver a empezar y ponerse a trabajar y salir adelante.”

                       

 

                    La señora Esther Morales llegó a Tijuana en 2010 tras haber vivido por décadas en Estados Unidos, llegó como deportada y le tocó vivir en un albergue para migrantes en Tijuana, ahí conoció la solidaridad de los tijuanenses, pero también conoció el hambre y la necesidad.  

 

En el 2009 la  deportaron y volvió a intentar regresar a Estados Unidos y retomar su vida, estuvo presa por querer regresar de forma ilegal, la castigaron y después de ir a prisión, regresa a Tijuana y decide quedarse de este lado pero no solo a vivir, si no a ayudar a la comunidad migrante. La Sra Esther como todos la conocen se volvió activista y se ha dedicado a brindar seguridad alimentaria a esta comunidad que tanto necesita del apoyo de la ciudadanía. 

 

Esther Morales, nos cuenta su historia, pues después de vivir en carne propia el hambre y la necesidad, hoy es una empresaria exitosa, una activista reconocida y respetada entre la comunidad de personas defensoras de migrantes. 

 

¿Señora Esther cómo llega y decide quedarse en Tijuana? 

 

En el 2009 me deportaron y volví a intentar regresar, estuve presa en Estados Unidos por querer regresar de forma ilegal, me castigaron y después de ir a prisión, regresé a Tijuana y ya fue cuando decidí quedarme de este lado, empecé a trabajar y salí del albergue con ayuda de amigos y familiares, logré poner mi negocio en 2010 y regresé al albergue donde me ayudaron, regresé a ayudar porque sabía que aunque el corazón de las personas que nos atienden como migrantes es grande y hacen todo lo posible por brindarnos alimento y cuidarnos, muchas veces la comida no era suficiente para tantas personas que estábamos ahí. 

En ocasiones no había tortillas suficientes o era bien poquito lo que nos servían para que alcanzara para todos, y yo la verdad no me llenaba y me quedaba con hambre, entonces ahí nace el amor por ayudar. Esto que les cuento fue hace 10 años, cuando a mi me tocó vivir en albergues y  la ayuda era poca en comparación con lo que se vive actualmente, pues hoy afortunadamente ya hay más donativos y están más organizados. 

 

¿Qué se siente ser una persona migrante deportada y tener hambre?

 

Es una cosa que te causa impotencia, tener hambre, porque yo lo sentí, yo no tenía dinero, yo no conocía Tijuana, entonces pasaba por donde había comida y siempre tenía hambre y no tenía dinero, muy poca gente te ayudaba o te daba para un taco, se siente bien feo y la gente es cruel, piensa que eres una mala persona. 

 

Entonces por todo eso que viví es que decido ayudar con comida y esta labor y mi restaurante se mantiene del apoyo de amigos y familia que están en Estados Unidos porque viví allí 20 años, siempre me traen donativos en especie o efectivo. 

 

¿Cómo se organiza para que su ayuda llegue a más gente? 

 

En un tiempo trabajé con la Lic. Soraya Vázquez y ella me dio una lista de más de 20 albergues y ahi empece a trabajar con todos ellos, porque al principio solo llevaba apoyo al “Centro Madre Assunta” que es donde yo estuve viviendo, incluso la cena de navidad de ahí la patrocina “La Antigüita”, mi restaurante. 

Ya después viendo la lista, empecé a visitar todos los demás albergues, ahorita ya todos me conocen y solo les hablo para decirles cuándo puedo ir y ya nos organizamos y llevo comida para las personas migrantes. 

 

¿Por qué decide que llevar alimentos es la mejor forma de ayudar? 

Lo que yo busco es que la gente que recibe el apoyo pase un rato feliz y agradable, porque yo se que esa vida es muy triste. 

 

¿Tiene idea de a cuántas personas ha alimentado? 

 

Este 2020 año de pandemia fue el año que de verdad siento que se  apoyó mucho en colaboración con la organización “Al otro lado”, en todo el año visitamos 12 albergues más de 4 veces cada uno y servimos más de 10 mil comidas, eso me dio mucha satisfacción.  A pesar de estar en pandemia, no me dio miedo, lo que hice fue trabajar y continuar con mi labor. 

 

¿Cómo se siente que después de pasar momentos difíciles, hoy está de este lado y en posibilidad de ayudar a su comunidad? 

 

Me siento una persona agradecida con la vida, con Tijuana mas que nada porque me abrazó, me dijo vente, yo si te quiero y en serio así lo siento. Quiero ayudar a toda esta gente porque si de mí salen 50 tamales es un éxito y me gusta regalarles comida caliente, recuerden su casa, a su mamá, a su tía, a su abuela y con eso les llegue esta sensación de que querer volver a empezar y ponerse a trabajar y salir adelante. 

 

¿Cómo le gustaría que la recordaran? 

 

Como lo que soy, una mujer bien trabajadora y que agarren el ejemplo, que vean que de este lado también hay sueños y que solamente necesitas echarle ganas y abrigar tu sueños, no necesitas ir tan lejos, peligrar, que te mal miren o te menosprecien por tu color cuando aquí mismo hay oportunidad, dale una oportunidad a Mexico, si se puede, de este lado también hay sueños. 

 

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